La fotografía fue tomada el 1 de febrero de 2006 en un asentamiento en Cisjordania. En esta foto aparece en primer plano una mujer protegiéndose o intentando detener a la autoridad. Los soldados de la imagen pertenecen a las fuerzas de seguridad israelíes que se encuentran con cientos de piedras que lanzan los colonos judíos escondidos detrás de las alambradas del asentamiento ilegal. Este hecho sucede después de que la Corte Suprema de Justicia diese la orden de demoler 9 casas en este territorio.
Desde una perspectiva connotativa podemos razonar lo expuesto más adelante.
En el rostro de la mujer se refleja el intento desesperado de lucha, rabia y resistencia hacia la autoridad por intentar salvar lo que probablemente sea su hogar. El hecho de que esta cisjordana se encuentre aislada hace que nos fijemos más en ella, en la expresión de su cara, centrándose en ésta toda la atención visual. La señora aparece muy cerca de los antidisturbios separada únicamente por un escudo. Escudo que pertenece a las fuerzas de seguridad israelíes (esa masa policial que aparece en la imagen).En esta instantánea se denota una evidente paradoja pues ambos bandos (la masa policial y la mujer) utilizan el mismo arma para protegerse unos de otros. Esto supone una clara división visual: por un lado la señora que se sitúa en un primer plano y por otro la policía en un plano secundario. Esta separación puede interpretarse como la tan clásica división social o la mítica representación de la sociedad: la fuerza del poder contra la resignación ciudadana.
En cuanto a la autoridad, ocupan gran parte del encuadre de la foto, pero pasan a un segundo plano a pesar de estar en la misma posición que la señora. Esto se explica porque estas personas representan una sola masa, homogénea, al encontrarse todos vestidos con el mismo uniforme (a pesar de que a algunos de ellos se les vea la cara). Esta masa forma también un ángulo diagonal en la fotografía que si se junta con el horizonte que forman las personas que se ven al fondo, se crea un triángulo en el que uno de sus vértices es la mujer, facilitando que sea ella el punto clave del enfoque visual.
En un segundo plano o tercer plano también tiene cabida y de una manera más secundaria todo el pueblo judío que ve expectante la situación y el humo negro que envuelve la estampa, probablemente fruto de la demolición. Esta fila de personas que contemplan tal escena forman el horizonte de la imagen.
Otro detalle que Oded Balilty captó y que tiene gran importancia es el humo, que no está ahí por casualidad, sino que nos puede dar muchas pistas sobre las causas de esta situación . Este humo proviene de un edificio (el único que se ve en la imagen).
A simple vista, esta instantánea puede transmitirnos rebelión, desastre, impotencia, destrucción, y supremacía de la autoridad sobre el pueblo.
Todo se envuelve en un entorno de frustración, rabia e impotencia.
Queda patente el gran peso político de la imagen, que quiere dar un mensaje peyorativo de las fuerzas armadas. Bajo este objetivo, da a entender la crueldad de los cuerpos antidisturbios, que después de despojar a la población de sus viviendas, se atreven a enfrentarse en manadas contra individuos indefensos.
Desde una perspectiva más denotativa cabe decir que se trata de una fotografía de plano largo con abundante luz lo que le aporta cierto realismo a la situación pues todo se ve mucho más claro y evidente. Por otro lado hay que constatar la falta de espacios blancos y que la imagen está muy cargada, pues aparecen muchas personas. Esto hace que el espectador pueda mirar y observar diferentes ángulos y con ello, dentro del contexto global, "pequeñas distintas situaciones", pero básicamente y de un modo inconsciente el espectador centrará casi toda su atención en el primer plano (anteriormente explicado) de la separación entre mujer y policía por ser tan llamativo y por representar el tan evidente paradigma social, una vez más: la fuerza del poder contra la resignación ciudadana.
Otro detalle que Oded Balilty captó y que tiene gran importancia es el humo, que no está ahí por casualidad, sino que nos puede dar muchas pistas sobre las causas de esta situación . Este humo proviene de un edificio (el único que se ve en la imagen).
A simple vista, esta instantánea puede transmitirnos rebelión, desastre, impotencia, destrucción, y supremacía de la autoridad sobre el pueblo.
Todo se envuelve en un entorno de frustración, rabia e impotencia.
Queda patente el gran peso político de la imagen, que quiere dar un mensaje peyorativo de las fuerzas armadas. Bajo este objetivo, da a entender la crueldad de los cuerpos antidisturbios, que después de despojar a la población de sus viviendas, se atreven a enfrentarse en manadas contra individuos indefensos.
Desde una perspectiva más denotativa cabe decir que se trata de una fotografía de plano largo con abundante luz lo que le aporta cierto realismo a la situación pues todo se ve mucho más claro y evidente. Por otro lado hay que constatar la falta de espacios blancos y que la imagen está muy cargada, pues aparecen muchas personas. Esto hace que el espectador pueda mirar y observar diferentes ángulos y con ello, dentro del contexto global, "pequeñas distintas situaciones", pero básicamente y de un modo inconsciente el espectador centrará casi toda su atención en el primer plano (anteriormente explicado) de la separación entre mujer y policía por ser tan llamativo y por representar el tan evidente paradigma social, una vez más: la fuerza del poder contra la resignación ciudadana.
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